domingo, 9 de septiembre de 2012

A los adultos


A los adultos
 

Empiezas a vivir.
Cuando vienes al mundo 
inicias a competir por el alimento,
y el abrigo, que tenías antes nacer.
Y aprendes a luchar.




Empiezas a luchar.
Te enfrentas a una vida
llena de retos, en la que intentas lograr
un espacio en eso que llaman hogar.
Y aprendes a crecer.

 

Empiezas a crecer.
Exploras el mundo con tus sentidos
te comunicas de formas distintas,
pero el mensaje es el mismo "Quieres crecer".
Y aprendes a soñar.


 

Empiezas a soñar.
Mientras compartes tus anhelos,
mientras juegas en los sueños,
duermes pensando con lo que quieres ser,
pero aprendes a olvidar.

 

Empiezas a olvidar
El mundo te lleva de la mano,
a lo que él quiere que seas
y lo que quisiste ser, ya no lo quieres.
Y aprendes a cambiar.


 

Empiezas a cambiar
Te haces grande, maduro
hasta que un día te detienes y ves
a otros niños que todavía juegan,
y aprendes a recordar.

 

Empiezas a recordar
La alegría de jugar, de amar, de llorar
de sentir que eres importante,
y entiendes que la vida no es solo
la oficina donde estás,
que hay un mundo más allá,
que puedes alcanzar a pesar
que no eres pequeño,
que puedes disfrutar, donde
vuelves a sonreír, cantar, y soñar,
Y al fin vuelves a VIVIR.

 

Los invito a ver el mundo como niños, para poder sonreír y disfrutar sin miedo al que dirán.
El hecho que nuestro cuerpo crezca y nuestro conocimiento acerca del dolor, y la tristeza haya aumentado, no quiere decir que no podamos sentirnos libres como niños, soñando siempre por un mundo mejor.

Los invito a que recuerden  la alegría de vivir.

sábado, 18 de agosto de 2012

Comprando Ropa

Anecdota de compra de ropa: Ayer andaba comprandome ropa y decidí probarme un pantalón de vestir, para los que no saben la mayoría de pantalones formales tienen adicional al botón una especie de broche, pues el pantalón que me estaba probando tenía dos broches y el botón, cual es mi sorpresa que a la hora de intentar safar uno de los broches del pantalón para quitarmelo, no podía y no podía, y no pude quitarmelo.
Lo peor es que no me gustaba el pantalón y lo tenía que devolver, no me lo podía llevar puesto, así que me metí la falda de la camisa, me puse bien el pantalón, me puse de nuevo los zapatos, y salí del probador, con la frente alto, como si no pasara nada, pero rojo como un tomate, pensando el como le iba explicar a la muchacha que no podía quitarme el pantalón.
La MUCHACHA que me estaba atendiendo, me dice "como le quedo el pantalón", y yo con toda la pena del mundo, le digo "el pantalón no me gusta y tengo un problema, no me lo puedo quitar" la joven me vuelve a ver con cara de me está vacilando, le digo "señorita no es broma", y a una distancia prudente le muestro que no puedo safar el bendito broche, la muchacha al ver que estaba hablando en serio (yo rojo como un tomate), se acerca y me dice "me permite" y yo "claro". La muchacha intentó como por tres minutos y nada, y llama a la jefa (yo más rojo aún), a este muchacho se le quedó trabado el broche del pantalón (gracias a Dios solo estaban las dependientes, no había clientes más que yo), se acerca la otra muchacha,
y dice "me permite" y yo "pues claro faltaba más" y comienza a intentar una y otra vez y nada, en un momento le digo para bromear un rato "este pantalón es aprueba de niños" y la jefa me contesta "no, aprueba de mujeres" obviamente yo más rojo aún.
Para resumir tuvieron que buscar un cuchillo,el cual casi me meten en la panza por accidente mientras probaban safar el broche, y con más maña que con saña, después de 10 minutos, lograron que el broche cediera, al final me dice la jefa "muchacho esto nunca me había pasado cuando un cliente los tenía puestos" jejejejejjejejejejeej. Yo todavía trato de entender como hubiera pasado sin que alguien los tenga puestos.
Saben que es lo peor del caso que no me gustaba el color de pantalón, me probé un segundo pantalón en otro color y cuando intenté quitarmelo otra vez se volvió a quedar pegado el bendito broche, solo que esta vez ya las muchachas sabían como solucionarlo y en menos de tres minutos ya habían logrado que el broche cediera.
Al final compré el segundo pantalón, y me quedo como una interesante y chistosa anecdota jejejejejejje bueno por lo menos no fue como la vez que probandome una camisa blanca me ensarté 3 alfileres porque la muchacha que me atendía se le olvidó quitarselos.
Si quieren saber si las dependientes estaban guapas, pues les cuento que sí, pero ante todo el respeto hacia ellas, y el de ellas hacia mí.
Me quedó la lección que hay gente que quiere combatir los problemas solo, pero no puede solo, porque es necesaria la ayuda de Dios y de las personas que Él ponga en nuestro camino.

Tengan un excelente día