Ella
Ella
vio en mí un futuro
que
otros decidieron no ver,
que
con mis escasos ocho años
Yo
tampoco vi.
Ella
tocó mi corazón
con
su cariño y comprensión,
nunca
me vio con lástima,
pero
sí con mucho amor.
Ella
me dio un gran ejemplo
de
trabajo, esfuerzo y dedicación,
me
enseñó con su gran fuerza de voluntad
que
Yo podía ser mejor.
Ella
me ha tratado
como
uno más de sus hijos,
me
ha cuidado y educado
con
grandes valores y principios.
Ella
que día a día
me
ha dedicado sus oraciones
pensamientos
y mejores deseos,
es
a quien hoy puedo
llamar
Madre.
Dedicado a mi gran amiga Yolanda Leiva Urcuyo,
quien desde mis ocho años de vida, ha sido todo un ejemplo de entrega, trabajo
y esfuerzo, quien al día de hoy cuando mi madre es ausente, sea convertido en
más que una amiga para mí, es a quien puedo llamar madre en este día. Es la
mujer que al igual que a sus hijos, dedica a mí sus oraciones y buenos deseos,
es quien ora por mi futura esposa (igual que yo), quien con solo ver mis ojos
sabe si una chica me gusta, quien sabe de mi llanto silencioso, de mis
esfuerzos, de mis decisiones, quien me apoya valientemente y me aconseja,
porque quiere lo mejor para mí. Ella es a quien dedico este poema por todas las
excelentes virtudes que posee y quien para mí es el mayor ejemplo de dedicación,
cariño, fe y amor.








